El ministerio de des-igualdad

El feminismo se basa en la protección de los derechos de las mujeres frente a los de los hombres para luchar contra la violencia machista, la desigualdad laboral y el heteropatriarcado que, según ellas, ha reinado durante muchísimo tiempo en nuestra sociedad. Obviamente la sociedad que ellas critican no lo han vivido nunca porque la sociedad ha ido evolucionando poco a poco.


Pero centrémonos en los orígenes del feminismo y cómo se ha ido radicalizando con el tiempo.

Los orígenes del feminismo se remontan a finales del siglo XVIII, ppos del XIX.


Antiguamente la desigualdad jurídica entre hombres y mujeres era la norma. Nobles y clérigos gozaban de privilegios (exención fiscal, monopolio de los altos cargos públicos, leyes y tribunales especiales) vedados a la gran mayoría de la población (el tercer estado o estado llano). La ausencia de derechos políticos (voto) y libertades (expresión, reunión, religión) era otra de las características clave.

En el caso de las mujeres, la mitad de la población, a todo lo anterior se le debía unir su función social circunscrita a lo doméstico, a las labores de la casa, de la procreación y del cuidado de los hijos; y su subordinación legal al hombre, padre o esposo.


La Revolución Francesa (1789) y las demás revoluciones liberal-burguesas plantearon como objetivo central la consecución de la igualdad jurídica y de las libertades y derechos políticos.

Pronto surgió la gran contradicción que marcó la lucha del primer feminismo: las libertades, los derechos y la igualdad jurídica que habían sido las grandes conquistas de las revoluciones liberales no afectaron a la mujer. Los "Derechos del Hombre y del Ciudadano" que proclamaba la revolución francesa se referían en exclusiva al "hombre" no al conjunto de los seres humanos.

A partir de aquel momento, en Europa Occidental y Norteamérica se inició un movimiento, el feminismo, que luchó por la igualdad de la mujer y su liberación. Durante ese período, el principal objetivo del movimiento de las mujeres fue la consecución del derecho de voto. Nacía así el movimiento sufragista.

El feminismo ha sido, como movimiento social, una de las manifestaciones históricas más significativas de la lucha emprendida por las mujeres para conseguir sus derechos. Aunque la movilización a favor del voto, es decir, el sufragismo, haya sido uno de sus ejes más importantes, no puede equipararse sufragismo y feminismo. Este último tiene una base reivindicativa muy amplia que, a veces, contempla el voto, pero que, en otras ocasiones, también exige demandas sociales como la eliminación de la discriminación civil para las mujeres casadas o el acceso a la educación, al trabajo remunerado (...)


Esto es por lo que nuestras madres y abuelas lucharon y no por lo que están haciendo que es una forma de “machismo-feminista” en la que la igualdad es una cortina de humo, por una parte de la población unida al radicalismo radical de izquierdas o comunista, en la que se hace ver que los hombres son seres inferiores y que, por tanto, tienen que asumir las consecuencias de sus actos como por ejemplo en la violencia domestica ya sea psicológica o física.

Estas mujeres utilizan a sus hijos de rehenes, como en el caso de Juana Rivas, para obtener un beneficio económico de parte del marido, en los procesos de divorcio, y de paso encarcelarlo sin que la parte afectada puede tener una mínima defensa en los juzgados para demostrar su inocencia. Los servicios sociales deberían de actuar para evitar que estas falsas denunciantes utilicen a sus propios hijos para hacer daño psicológico al progenitor.


Otro ejemplo muy claro es que para obtener ayudas del gobierno, como por ejemplo acceder a la renta mínima vital o paguita, basta con poner una denuncia falsa de maltrato a cualquier hombre que se le cruce por la acera con lo cual esta persona denunciada pasa automáticamente a prisión preventiva sin fianza.


Hay casos excepcionales que, efectivamente, el marido es el culpable de asesinar a su pareja pero también hay que destacar los casos de maltrato hacia al marido en la que vi a un señor encamado con el ojo morado porque su mujer le había propinado una brutal paliza en casa y, seguramente, tal como está ahora mismo las leyes, después de que se recuperase esta persona seguro que le habrán puesto una orden de arresto o de alejamiento porque seguro que su exmujer habrá tenido tiempo de mentir a la policía o guardia civil para decir que él le había pegado y ella se había defendido como pasa en la mayoría de casos.

Por tanto, para que haya igualdad de genero, la justicia tiene que escuchar a las dos partes y no a una y condenar al culpable.

Ahora hablamos del Ministerio de Igualdad. Irene Montero no era absolutamente nadie y llegó al poder del gobierno de la mano de Pablo Iglesias, que es su pareja con la que tiene tres hijos. Ella trabajaba en un supermercado ganándose su sueldo como cualquier persona. Ella es defensora ferrima de los derechos de las mujeres y feminista a muerte aparte de ser idola de la ideología radical de izquierdas.


Ambos, tanto Iglesias como Irene Montero, vendieron que iban a ser honestos, honrados y discretos para ganar adeptos a su partido donde, finalmente, como viene siendo habitual en ellos, se compraron un chalet en Galapagar con el dinero de todos los ciudadanos.

De pobres pasaron a ser multimillonarios.

Muchos de los adeptos se dieron cuenta del error pero aún siguen habiendo seguidores que defienden a muerte a ellos y, sobretodo, la causa feminista.

El Ministerio de Igualdad es solo una tapadera publicitaria que no lucha por la igualdad de genero tal cual os he estado contando al principio. Este ministerio se embolsó cerca de 100 millones de euros (más 600.000 € adicionales) en propaganda feminista durante la pandemia del coronavirus dejando a millones de personas y empresas o pequeños negocios sin cobrar las correspondientes ayudas o ERTEs procedente de la ayuda de los 200 millones de euros que Pedro Sanchez anunció al principio de la cuarentena al Decretar el Estado de Alarma (14 de marzo y 6 después del 8M).


Este ministerio es culpable de incitar a las masas a manifestarse en el 8M puesto que causó que miles de españoles se contagiaran del virus en la que una de las promotoras, Africa Lorente, murió a causa del virus.


Irene Montero fue sometida a continuos chequeos del coronavirus mientras que en los hospitales y residencias de ancianos no se realizaban los pertinentes test del COVID-19. Las únicas personas que si se preocuparon de traer test fueron el alcalde de Madrid (Antonio Almeida) y la presidenta de la Comunidad de Madrid (Isabel Diaz Ayuso) donde ella también sufrió el coronavirus.


Isabel Diaz Ayuso durante la misa homenaje por los fallecidos del COVID-19 donde se la ve llorando mientras en el gobierno no guardaban ni un mínimo respeto por los fallecidos.

La imagen de Carmen Calvo, cuando acudió al Congreso con la manta echada, dio la vuelta al mundo puesto que esa persona no se encontraba aún bien del coronavirus y esta persona, junto con Celaá (que es la ministra de educación) y las otras, fueron a la manifestación del 8M


Tanto Irene Montero como Pablo Iglesias, criticaron la ardua y dura labor de Isabel Diaz Ayuso en la que se están inventando de que ellos gestionaron mal la pandemia y que ella era responsable de autorizar el 8M cuando ella no es la culpable sino la Delegación de Gobierno de Madrid que es quien autoriza cualquier tipo de manifestación y que la jueza ha ordenado su comparecencia a raíz de la investigación del excoronel De los Cobos, que fue cesado por el ministro de interior Marlaska, porque le estorbaba y la jueza advirtió a Marlaska de los posibles delitos que podría cometer al entrometerse en una investigación judicial. De los Cobos no se ha quedado con los brazos cruzados e interpondrá una demanda contra Marlaska por haber sido cesado.

Irene Montero debería responder ante el juzgado anticorrupción por malversación de fondos públicos y apropiación indebida puesto que ni en televisión ni en periódicos ha habido ningún tipo de publicidad referida a su ministerio.

Todos los españoles conocemos que Irene Montero estuvo en una cumbre, en formato online por el tema del coronavirus, del feminismo en Sudamerica y creemos que ella ha desviado ese dinero a cuentas sudamericanas.

Aquí os expongo una tabla para que veais cómo se ha repartido el dinero el ministerio de Igualdad y que el propio gobierno está intentando borrar pruebas que los incrimine.


Solo es una parte de muchos chiringuitos feministas donde las ayudas prometidas no llegan verdaderamente a las victimas de violencia de genero.

Después de enseñarle esto a Irene Montero, su respuesta evidente fue que me bloqueó en Twitter.


Además de todo esto, las feministas quieren que los hombres no se apropien de su cuerpo y que tengan libertad plena para decidir cuando quieren tener hijos o abortar.

Este ministerio quiere adoctrinar a los menores en los colegios sobre educación sexual y cómo tienen que tratar los hombres a las mujeres no enseñándoles que hay que tratarse mutuamente con respeto y cariño sino hacerles ver que el cuerpo que ellas tienen es suyo y no de otros.

En cuanto a la desigualdad salarial y laboral se está intentando equiparar poco a poco incluso la conciliación familiar pero, lo que quieren estas feministas, es que los hijos sean educados y las tareas domésticas sean realizadas por los hombres mientras ellas disfrutan de la vida sin pegar un palo al agua.

Las feministas tratan de concienciar a la sociedad para que vayamos quitando estereotipos y roles que consideran machistas en la forma de dialogar o interactuar entre nosotros, incluso si es bromeando, limitando asi la libertad de expresión.


Finalmente, para terminar, creo conveniente que el feminismo radical debería de ser controlado por las administraciones públicas porque está generando una desigualdad social, económica y un desprecio hacia lo masculino. Hay que luchar por la igualdad pero sin despreciar al prójimo. 

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