"Yo voto por Dios"- General Flynn

Hay momentos fundamentales en la historia de Estados Unidos que ponen a prueba cada fibra del alma de nuestra nación.

Nos enfrentamos a uno ahora.

Las fuerzas revolucionarias están haciendo que todos los ciudadanos estadounidenses se pregunten en qué dirección se dirige el país. Para determinar el resultado, debemos examinar la historia de nuestra nación para proyectarnos hacia el futuro.

Una vez más, la tiranía y la traición están entre nosotros, y aunque sentimos que hemos descendido a un estado infernal de existencia, nunca debemos olvidar que el infierno es conquistable.

La oración es el arma más grande y la conciencia de Dios es el "pensamiento del día" supremo.

La idea o noción de un cielo en la Tierra es la sensación muy real de ser libre. La libertad es oxígeno. Como el aire que respiramos que mantiene nuestros pulmones llenos y nuestro corazón latiendo, el sentimiento celestial de libertad trae una sensación de paz a nuestras almas.

La libertad nunca debe darse por sentada. Asegurar nuestra libertad exige un alto precio, y ese precio requiere trabajo duro y sacrificio. Ambos nos unirán a todos por el valor que producen, pero solo si estamos dispuestos a buscar nuevas oportunidades y nuevas ideas.

Los que más se han sacrificado, los que han dado la última y verdadera medida de devoción que se deriva del amor a la fe, a la familia y a la causa de la libertad:para que todos seamos libres y para el mejoramiento de nuestra república y el mundo libre- no se puede permitir que haya muerto en vano.

El suyo es el sacrificio máximo y el cielo es su recompensa.

Nuestro futuro, el futuro de nuestros hijos y nietos y el futuro de nuestro país están en juego. Dios no cederá al cuidado del diablo ni permitirá que nos dejen a los vicios malvados de aquellos que nos robarían la libertad en la oscuridad de la noche.

Él no.

En cambio, Dios estará con nosotros, como siempre lo hace.

El trabajo duro y el sacrificio personal siguen siendo muy importantes. Ser una buena persona y mostrar bondad a los demás sigue siendo importante.

Si nuestra nación ha de sobrevivir a este momento decisivo, debemos recurrir a los valores e ideales dados por Dios que son la base misma de nuestra república constitucional. No temamos la incertidumbre que viene con lo desconocido, en cambio acéptelo y luchemos contra esa sensación de miedo.

Y debemos recordar: el poder del infierno, aunque fuerte, es limitado. Dios es el máximo juez y decisor. Su providencia ungida es nuestro país, los Estados Unidos de América.

Siempre que aceptemos a Dios en la sangre de nuestra nación, estaremos bien. Si no lo hacemos, enfrentaremos una existencia infernal.

Yo voto por aceptar a Dios.

"ESTA ES MI CARTA PARA AMERICA"

"FE, FAMILIA Y AMISTADES"

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